Karla Zúñiga Ramírez
Estudiante Tercer Año
Como futuros Trabajadores Sociales, es importante saber que los grandes acontecimientos que dieron origen a la profesión son de antigua data. La motivación por ayudar y prestar asistencia al ser humano, ha sido una práctica que históricamente tiene sus fundamentos asociados a caminos como la religiosidad, donde la asistencia al desvalido se convirtió en muchas maneras como una misión de modelo a seguir para los diferentes grupos humanos.
Bajo el contexto social de la época, en el plano político nacional se desarrollaba la elección presidencial de 1920, con Arturo Alessandri, donde se propician una serie de programas de reforma civil, obteniendo una gran resistencia del Congreso Nacional y que paralelo a las crecientes demandas de los obreros, sucede en 1924, un Golpe Militar. Este duro hecho produjo la aprobación de un bloque de Leyes Sociales, tales como: Seguro Obrero, Contrato de Trabajo, Organización Sindical y Sanidad Ambiental, entre otras. No obstante, pese a los beneficios sociales que contenían dichas leyes, éstas sólo se referían a medidas paliativas, ya que los problemas económico-sociales seguían persistiendo. Con esta realidad, se obtiene un mérito de crear conciencia y enfrentar estos problemas mediante acciones sociales organizadas, con personal preparado, lo que sienta las bases para la creación del Servicio Social Profesional.
De los acontecimientos anteriormente señalados, el Trabajo Social en Chile surge como profesión en 1925, con la fundación de la primera escuela del Servicio Social de América Latina. Este centro se funda bajo el alero de un esquema benéfico asistencial, por iniciativa del Dr. Alejandro del Río y surge con una orientación paramédica y para jurídica, con un sello marcadamente femenino. Tenía su prioridad fundamental la organización y administración de hospitales para indigentes y asegurados en el área de la salud. En aquel entonces el énfasis de la acción se dio con una fuerte motivación Filantrópica y Apostólica. Desde los inicios esta Escuela tuvo una influencia Europea (Alemana, Belga y Francesa). Sus dos primeras Directoras fueron Madame Jeny Bernier y Madame Leo Cordeman de Bray, posteriormente Doña Luisa Fierro, Chilena asume la Dirección.[1]
La "Escuela de Servicio Social de la Beneficencia ", dependía de la Junta de Beneficencia de Santiago de Chile. Posteriormente, en honor a su fundador, pasó a llamarse "Escuela de Servicio Social Dr. Alejandro del Río."
La primera Directora Chilena de la Escuela de Servicio Social de la Beneficencia fue doña Luz Tocornal de Romero, quien fuera alumna del primer curso de la carrera, en 1925. Una vez egresada, trabajó en el Hospital Roberto del Río y luego en la Casa de Huérfanos (posteriormente, Casa del Niño). Las primeras actividades de dicha Escuela se desarrollaron en establecimientos asistenciales u hospitalarios, mas no con el carácter de ayudantes del médico, sino ejerciendo sus propias funciones cerca de los enfermos y de las familias de éstos, buscando la solución de los problemas socioeconómicos, que casi sin excepción, agravaban la situación de los pacientes.
De todo lo anterior, es importante destacar que la profesión en su primera etapa asistencialista paramédica contribuyendo en organismos públicos de asistencia y seguridad social, atendiendo al enfermo y su grupo familiar, centrando su atención en el tratamiento de problemas sociales que afectaban la recuperación del paciente y además aportar datos del medio ambiente al médico, para contribuir al diagnóstico y tratamiento. Posteriormente la segunda etapa fue con un enfoque científico social y luego el Servicio Social Chileno con el tiempo, no sólo hace que su influencia alcance la formación de escuelas en otros países de América Latina, también llega a ser una profesión reconocida en el ámbito académico, ya que en 1965, se inicia una búsqueda de acción dentro de la profesión, que constituyera una verdadera respuesta a los problemas y realizar intentos por contribuir a la aceleración del desarrollo e incorporar en este desarrollo a grupos largamente marginados de sus beneficios.
Referencias de este artículo:
“Construyendo la Historia del Trabajo Social en Chile, Adiós Señorita Asistente”; Ramírez Francisco; 2004; Revista de Ciencias Sociales.
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